Las hienas son más limpias

Madrid

Pedro Sánchez puede dimitir. Pero dispone también de otra salida decente y adecuada: someterse a una cuestión de confianza parlamentaria. Las dos opciones con difíciles. Si decide renunciar, hipótesis que plantea abiertamente en su carta a la ciudadanía, deja entre interrogantes su proyecto. Y la viabilidad del Gobierno socialista que le suceda, pues el recurso a otras elecciones nunca sería inmediato, sino solo posible para después de un año de las últimas, desde el 24 de julio.

La otra salida, la cuestión de confianza, podrían enmarañar la campaña catalana. Una campaña que los socialistas planteaban bien, centrándose en la necesidad de gobernar y “hacer”, en vez de discutir sobre sueños imposibles. Y sería un gran esfuerzo convencer a los demás partidos catalanes a otorgarle su confianza, pues la campaña es mal momento. El momento en que todos pretenden diferenciarse de los demás, aliados inclusive.

La peor reacción a la carta, peor aún que lo imaginable, ha sido la del PP. Claro que fue el que nunca encajó no haberle echado el 23 de julio; quien puso el ventilador a las falsas acusaciones contra la esposa del presidente: es el mismo que le llama irresponsable. Porque ha dicho “basta ya” a los ataques sin fundamento a su familia, a la política de enfangar y a las estrategias de destrucción personal del adversario.

Las hienas trituran también carne fresca, no solo la muerta. Pero son más limpias.